Sideways
Ayer fui a ver la película Sideways -que ha sido rebautizada para la ocasión con el revelador título de Entre Copas.
La verdad es que siempre que voy a ver una pelicula trato de que nadie me la destripe antes de sentarme en la butaca, cosa harto dificil, teniendo en cuenta los tiempos que corren donde lo más importante es vender, aunque sea a tu madre. En esta ocasión, y a pesar de tratarse de una pelicula, más o menos promocionada, debido a su candidatura a los Oscar, conseguí no tener una idea global de lo que iba a ver, tan solo algunas inconexas acerca del turismo del vino que se promueve por la zona de la baja California, y en el que se adentran los dos personajes de la historia que iba a visionar.
Con esta base comienza una historia de amigos, polos opuestos atraidos en algún momento de su existencia, que intentan rescatar un sueño de juventud, sobre todo de la de uno de ellos, en un periodo crítico de la existencia de ámbos.
Y al final,......disfruté, disfruté mucho durante las casi dos horas que dura el largo, porque había asistido a la narración de una historia sencilla, sin tramas complicadas dificiles de seguir, sin juegos con el espectador ni enigmas que descifrar, todo pasó muy mascado delante de mis ojos en una particular visión, muy humana, de la realidad que nos rodea.
Yo no soy muy amante del cine que hacen los americanos, salvo raras excepciones -supongo que el hecho de que me guste ver de todo, me hace disponer de un rango más amplio sobre el que crearme mis propias opiniones sobre lo que me parece bueno y lo que no-. Pero ayer, reconocozco, que disfruté con un tipo de cine americano, al que no nos tienen muy acostumbrados los Yankees -claro está que no es el cine de las grandes "majors" -productoras- americanas-. Un cine reflexivo, del que nos hace pensar como somos, y como actuamos; y como afrontamos determinadas situaciones en la vida de esas que nos pueden pasar, como dice Pedro Erquicia, "a espectadores como usted".
Todas las situaciones planteadas irradiaban humanidad por los cuatro costados, y ofrecían la visión de unos seres humanos completos con sus virtudes, sus defectos,....y algo muy importante sus miedos. Ese miedo eterno que los humanos tenemos al devenir futuro y que nos puede llegar a bloquear a la hora de afrontar determinados riesgos. Un miedo del que nos escapamos, en mayor o menor medida, ninguno de los mortales.
En definitiva una divertida y fresca historia que seguro que os hará pensar y reflexionar acerca de las relaciones humanas que mantenemos con nuestros semejantes y de la que podemos extraer muy buenas conclusiones,....entre ellas que el vino -y si es bueno mejor- es uno de los elementos más socializadores de nuestra vida.
La verdad es que siempre que voy a ver una pelicula trato de que nadie me la destripe antes de sentarme en la butaca, cosa harto dificil, teniendo en cuenta los tiempos que corren donde lo más importante es vender, aunque sea a tu madre. En esta ocasión, y a pesar de tratarse de una pelicula, más o menos promocionada, debido a su candidatura a los Oscar, conseguí no tener una idea global de lo que iba a ver, tan solo algunas inconexas acerca del turismo del vino que se promueve por la zona de la baja California, y en el que se adentran los dos personajes de la historia que iba a visionar.
Con esta base comienza una historia de amigos, polos opuestos atraidos en algún momento de su existencia, que intentan rescatar un sueño de juventud, sobre todo de la de uno de ellos, en un periodo crítico de la existencia de ámbos.
Y al final,......disfruté, disfruté mucho durante las casi dos horas que dura el largo, porque había asistido a la narración de una historia sencilla, sin tramas complicadas dificiles de seguir, sin juegos con el espectador ni enigmas que descifrar, todo pasó muy mascado delante de mis ojos en una particular visión, muy humana, de la realidad que nos rodea.
Yo no soy muy amante del cine que hacen los americanos, salvo raras excepciones -supongo que el hecho de que me guste ver de todo, me hace disponer de un rango más amplio sobre el que crearme mis propias opiniones sobre lo que me parece bueno y lo que no-. Pero ayer, reconocozco, que disfruté con un tipo de cine americano, al que no nos tienen muy acostumbrados los Yankees -claro está que no es el cine de las grandes "majors" -productoras- americanas-. Un cine reflexivo, del que nos hace pensar como somos, y como actuamos; y como afrontamos determinadas situaciones en la vida de esas que nos pueden pasar, como dice Pedro Erquicia, "a espectadores como usted".
Todas las situaciones planteadas irradiaban humanidad por los cuatro costados, y ofrecían la visión de unos seres humanos completos con sus virtudes, sus defectos,....y algo muy importante sus miedos. Ese miedo eterno que los humanos tenemos al devenir futuro y que nos puede llegar a bloquear a la hora de afrontar determinados riesgos. Un miedo del que nos escapamos, en mayor o menor medida, ninguno de los mortales.
En definitiva una divertida y fresca historia que seguro que os hará pensar y reflexionar acerca de las relaciones humanas que mantenemos con nuestros semejantes y de la que podemos extraer muy buenas conclusiones,....entre ellas que el vino -y si es bueno mejor- es uno de los elementos más socializadores de nuestra vida.
Comentarios
cuando alguien dice que entiende de vinos parece que dice comerme el culo. Hoy voy a ser demagogo, pero pensad que miles de niños se mueren de sida mientras un huele-braguetas de sumiller recomienda el vino blanco para el pescado.
¿que tiene de malo saber algo de la pelicula antes de ir a verla?
¿que tiene de malo el cine americano?
Sin ninguna acritud te digo que si todos tus comentarios van a ser así de destructivos con respecto a lo que hacen los demás seres que poblamos este mundo, es mejor que no sigas opinando en este mi blog -parodiando a Juan Cuesta-
No se de donde te sale toda esa intolerancia hacia todo lo que viene de terceros. Quizás debes autocriticarte antes de realizar esas observaciones tan salvajes y dañinas.
Por ultimo, permiteme una pregunta, ¿que te acompleja para tratar de destruir todo lo ajeno?
Sin intentar crear un cisma,se despide un amigo.
Nada tiene de malo saber algo de la pelicula antes de ir a verla.
Nada tiene de malo el cine americano.
Pero como soy libre de decidir que me gusta y que no, sin que la opinión de terceros, en cuanto a gustos, pueda variar la mía propia digo que no me gusta que traduzcan las películas, ni siquiera el título de la misma; que no me gusta que me cuenten demasiado sobre la misma, y que el cine americano, comercial, me parece como ir a comerme dos cuartos de libra del Mac´s de golpe y con coca-cola; y nuggets para acompañar; me lo paso bien durante un rato, pero al final ni me acuerdo, y quiero irme cuanto antes.
El cine no debería ser, por un lado, un burdo comercio para los que lo hacen; ni por otro, la cobertura de una necesidad automática por parte de los que lo ven.
El cine es un modo visual de expresar las percepciones personales que recibimos de lo que nos rodea. No una puta, manoseada por unos y vejada por otros.
Un saludo.